En los últimos días gracias a nuestros
medios de comunicación nos enteramos que a Colombia ha llegado de visita el
príncipe Carlos con su señora esposa Camilla duquesa de Cornualles, dos
personajes de la realeza Inglesa, que entiendo son dos personajes muy
importantes.
Digo gracias a nuestros medios de
comunicación, porque la parafernalia que le han montado es tanta que por una
semana hemos olvidado los problemas actuales de nuestro país, o sino pregunten
sobre el paro de la rama judicial, o cuales fueron los acuerdos concertados por
el gobierno y las Farc. Por un momento los colombianos nos hemos salido de la
realidad, ya que la farándula nos ha generado una cortina de humo en nuestras
cabezas que hace que veamos la visita de estos personajes como lo último en
guaracha y las problemáticas actuales las olvidemos.
Que probaron chontaduro, que le regalaron
un poncho, un sombrero vueltiao y diversas cosas que humildemente nuestros
campesinos y artesanos hacen con sus manos, lo curioso del caso es que el estómago
de estos dos personajes es tan fino que muy seguramente, ese chontaduro les
abra provocado una diarrea, -claro sin desmeritar las delicias de esta fruta
Colombiana que para ellos, seguramente nunca en su vida la habían probado y muy
seguramente, no lo volverán a hacer- el poncho no se lo quiso poner el príncipe
para no arruinar su traje terciado y el sombrero le arruinaba su peinado
perfecto.
Luego de esto, fueron a ver una parte
de un partido de Rugby, con jugadores de
Buenaventura, Tierralta y Apartado “que hacen parte del programa Try Rugby,
alianza de la llamada diplomacia deportiva de la Cancillería contra el
reclutamiento armado de menores”, que si bien es un programa apoyado
por la cancillería Inglesa, también debieron llevarlos a que disfrutara de los
juegos autóctonos Colombianos, como un partido de tejo o una carrera de
triciclos, de esas que se hacen en Medellín. Aprovechando que están en la
capital, debieron pasear en bus o aún mejor en transmilenio, también pasar por
la emblemática plaza España para que se sientan un poco en Europa y si quieren
ir de rumba a cuadra picha.
Por otro lado, mirando este cuadro que
en los últimos días nos han mostrado, me acuerdo la época de la mal llamada
conquista, cuando un señor llamado Cristóbal Colon toco las tierras de esta América,
dizque descubriendo un nuevo continente, donde fueron recibidos con bombos y
platillos por nuestras tribus indígenas, dándoles regalos como pieza de oro,
plata y bronce, frutos y muchas cosas más, -según relatan los historiadores-
siendo el inicio de un saqueo permanente a las Américas que aún sigue y que
gracias a los medios de comunicación y las grandes elites “celebramos” cada vez
que alguien del antiguo continente nos visita.
Unos dicen que traen desarrollo, otros
modernidad y muchos comen cuento de ayudas, como si este país necesitara más de
la que hay, es odioso pensar de esta forma, pero es evidente que con todo el
oro que tenemos, no necesitaríamos ayuda externa, pero que por culpa de la ambición
de la misma élite que hoy recibe a estos personajes no están satisfechas
nuestras necesidades básicas.
Mi punto a tocar es que aunque a nivel
histórico nos arrodillamos cada vez que alguien nos visita, no podemos centrar
nuestra atención en ellos, pues, a pesar de que el poema llanero el ánima de
sana Elena diga que “es una ley del
llanero darle la mano al que llega. El que está adentro se atiende, el que está
afuera, se apea, y con gran algarabía se le abre la talanquera como si fuera un
hermano que de otras tierras viniera” debemos centrarnos en nuestros
personajes, brindar la misma amabilidad a los vecinos del barrio, fomentar y
valorar lo nuestro, lo de nuestra tierrita; también, tener en cuenta que esa
clase arrodillada que hoy en día esta de anfitriona, no representa los interés
de la mayoría. Igualmente debemos tener presente nuestras problemáticas, ser
conscientes que somos parte de la solución y que si empezamos a cambiar el
canal, podemos empezar a cambiar nuestra realidad.
por: Andres Liz Motta