viernes, 12 de marzo de 2010

MÍNIMOS PARA LA CONSECUCIÓN DE UN ACUERDO NACIONAL POR LA PAZ Y LA RECONCILIACIÓN.


MESA DEPARTAMENTAL DE JÓVENES
MÍNIMOS PARA LA CONSECUCIÓN DE UN ACUERDO NACIONAL POR LA PAZ Y LA RECONCILIACIÓN.

La Mesa Departamental de Jóvenes como plataforma de bases sociales, donde pelados  (jóvenes) con diferentes formas de pensar y actuar se encuentran para promover la defensa de los derechos humanos para construir una mejor sociedad y en su ánimo de contribuir en el espacio facilitado por la Comisión de Conciliación Nacional (CCN) donde convergen organizaciones sociales, políticas, económicas y demás con el objetivo de construir unos mínimos para la consecución de un acuerdo por la paz y la reconciliación, presenta a continuación algunas líneas gruesas a las que ha llegando después de varias reflexiones,  las cuales reconoce como fundamentales a la hora de realizar  acciones que son significativas para la solución pacífica al conflicto.

Para ello plantea en  primera medida, que para hablar de paz es necesario conocer el contexto en el cual se desarrolla este estado,  pues la paz del rico no es la misma paz del pobre, ya que el lugar y la visión de vida nos difiere por la posición socioeconómica que ocupemos, sin embargo pueden haber puntos de encuentro, en las acepciones que se hacen sobre la paz y es  darse cuenta que mas que ser un estado de quietud, “es un estado justo de las relaciones humanas que regula y previene que los conflictos y las diferencias de los grupos políticos, sociales, económicos, étnicos afecten a las personas”.

Como segundo, vemos que si bien el conflicto es algo natural al hombre, ya que de estos es donde  se ha  desarrollado y consolidando procesos humanos que han contribuido en el conocimiento de los seres humanos como sujetos validos para la construcción de sociedad, ejemplo de esto puede ser las guerras que se desarrollaron  entorno a la revolución francesa  que permitieron que  “los representantes del pueblo francés, constituido en Asamblea Nacional, comprendiendo que la ignorancia, el olvido  o el desprecio de los derechos del hombre son la causa de la infelicidad pública y de la corrupción del Gobierno, han resuelto exponer en una declaración solemne los derechos naturales, inalienables y sagrados del hombre…”[1] permitiendo que los estados se unieran y se dieran cuenta que el hombre es un ser autónomo, libre y que merece unos derechos mínimos los cuales el estado tiene la obligación de garantizarlos, y promoverlos, no en vano las arengas que se cantan en la calle dicen continuamente “Los derechos no se mendigan se arrancan al calor de la lucha organizada”.

Como tercero se tiene que la dinámica de la guerra en el plano Colombiano se ha recrudecido, si bien se ha dicho  que las guerras tienen como resultado profundas reflexiones, también hay que comprender que Colombia vive en un conflicto interno  evidenciado en inseguridad social, pánico social, desigualdad de oportunidades, crecimiento de latifundistas y un sistema de salud desarticulado del bienestar general, afectando todo lo anterior el sistema económico de la nación, recrudeciendo la realidad de los Colombianos. Es tal el problema que en algunos casos el contexto colombiano se convierte en modelo de vida, pues para muchos jóvenes es común mirar a las fuerzas armadas como estilo de vida y ahora no queremos decir que no sea un modelo de vida, sino que en muchas zonas donde no existe mas oportunidades que las que ofrece la fuerza pública ¡ó! paramilitares ó solo hay guerrilla estos se vuelven modelos a seguir.

Con base a estas tres líneas determinamos que “el modelo ético de ser humano propuesto por la sociedad colombiana no está acorde con una cultura de paz, pues la falta de identidad y la carencia de  conciencia en el ejercicio de la ciudadanía contribuye con el individualismo e ideología del mas fuerte, además los medios de comunicación deterioran el estado de paz, nutriendo imaginarios y modelos éticos que no aportan a la paz, el sistema de justicia colombiano es ineficiente viciado por problemas de corrupción e inequidades en el acceso y la normalización del conflicto social, armado, político y demás tipos de conflicto hace que los principios de la sociedad se deterioren mas”.

Por consiguiente creemos que los mínimos para establecer un diálogo de paz deben ser:

  1. En primera medida,“el respeto y garantía de los derecho humanos”,
  2. En segunda instancia “saber la verdad histórica del conflicto y reconocer responsabilidades tanto de la sociedad civil, de los actores armados y del gobierno”.
  3. Y por último que más que un principio es una tarea de todos que debemos realizar y es “conocer e interpretar los factores que afectan el estado de paz en la nación”.
  4. y como ñapa consideramos que “la paz arranca por el respeto por la integridad de la persona” y el reconocimiento de esta como ser activo y que tiene unas funciones en el marco del establecimiento de una sociedad pacifica y solidaria.


Por: Mesa Departamental de Jóvenes


[1] Silva Cristóbal. Derechos Humanos y Derecho internacional Humanitario. Editorial Contacto Editores Impresores Bogota DC 2009. pag30 (declaración de los derechos del hombre 1789)

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