jueves, 16 de julio de 2009

SOBRE EL CERCO HUMANITARIO QUE HA TOMADO LA INQUISICIÓN (y más)

Por: Sergio Vargas. Opinión.


La inquisición existe, aunque los libros afirmen que esa época macabra de la historia de la humanidad ya desapareció. En medio de avances tecnológicos contemporáneos y la ciencia al servicio de la humanidad, por encima de la religión y de las creencias como factores de verdad, surge de entre los cadáveres la vocera del nuevo dogma ideológico que pretende revivir los cánones estrictos de la mentira y la creencia ciega en cosas irreales: la secretaria de gobierno de Bogotá, Clara López.


La ciudad, el país y el mundo, casi cruzados de brazos, contemplaron cómo López envió a decenas de policías y funcionarios de su despacho a encerrar a altas horas de la noche a los desplazados que se encuentran en el parque Tercer Milenio. Según ella, las vallas metálicas evitarán que los desplazados se contagien y puedan infectar a los ciudadanos capitalinos con el virus AH1N1. Los nuevos creyentes de esta religión, funcionarios de la Alcaldía, medios de comunicación y entidades de carácter nacional, llaman al suceso como el “levantamiento de un cerco sanitario”, otorgándole poderes sobrenaturales a una vallas inertes que evitarán a toda costa que un virus aéreo penetre la atmósfera de los desplazados, protegiéndolos aún éstos cuenten sin agua, sin comida, sin medicinas, sin ropa, sin atención integral.


Es este en realidad el primer paso para cercenar aún más los derechos que como ciudadanos poseen estas personas que han recurrido a la protesta pacífica para reclamar atención. Hasta hace apenas dos días el libre tránsito de ciudadanos por la zona no era un problema, ya con el levantamiento de las vallas las fuerzas de seguridad y los organismos distritales, toman en sus manos la potestad de decidir quién entra, con qué, y hasta quién puede o no salir.


Mientras a la clase media, y a la baja, y en fin a todo el mundo, les gritan en la cara las medidas que tienen que tomar para prevenir esta nueva enfermedad, a los desplazados simplemente se les encierra, se les coarta y se les restringen derechos fundamentales, como la potestad de andar libremente por la ciudad. Esas medidas que a diario repiten, incluyen la excelente y adecuada alimentación; el lavado constante de manos; el uso del tapabocas en caso de tener gripa; etc., prevenciones que no se toman en esa nueva ciudad y territorio de paz del parque Tercer Milenio, muy por el contrario no hay aclaraciones sobre las ayudas reales que necesitan las víctimas, no hay suficientes tapabocas (cerca de 450 para 3.000 personas); no han llegado los jabones antibacteriales ( es más, muchos no ven un simple jabón desde hace semanas); no hay comida, no hay desplazamiento forzado, sino gente chévere que “migra en el país”, incluso, ni siquiera hay guerra o conflicto armado, sino una amenaza terrosita muy lejana, pues la selva colombiana parece quedar muy, muy lejos.


Esta conversación es real, aunque quisimos complementar la respuesta de López, lo que no dijo y realmente quería decir:
Doctora Clara López, ¿ya hay ayudas, el plan productivo?
No nada de eso, nada de ayudas, ¡uuurgh!, sólo estas vallas Gamma de Pony Malta, que los defenderán de vuestros enemigos, ¡uuurgh! ¡Ah! Y recen, porque Dios es grande y el Estado misericordioso.


No bastando con ello, ahora la policía pretende apoyar a funcionarios del ICBF en su estratégica labor de arrebatar los niños, que son cerca de 500. Por supuesto, los desplazados han rechazado de plano esa posibilidad, pues los antecedentes demuestran que ese organismo lo único que pretende es secuestrar los menores; en días pasados, recibimos la denuncia de la madre de Edna Donoso Vega, una niña que acompañaba a su mamá en la Plaza de Bolívar en abril de este año, y la cual fue raptada por el Estado luego de que la policía los atacara. Desde ese entonces, el ICBF le ha prohibido a la madre acompañar a su hija, no la ve, y como pasó con dos hijas mayores, teme que este centro sólo sirva para educarla en la criminalidad.


El temor a que se conozcan estas historias obliga a los funcionarios públicos, como Clara López, a bloquear y acordonar el actual domicilio de estas familias. Por ello, la prensa libre, independiente y alternativa que pretenda ingresar al sitio, no lo podrá hacer “a menos que sea desplazada”, como lo manifestó un efectivo policial el día de ayer, cuando obligó al reportero de EL MACARENAZOO a salir, y le amenazó con capturarlo y llevarlo a la UPJ (“Unidad Permanente de Justicia”), violando de este modo todos los tratados que sobre la libertad de prensa existen. Hacemos un llamado a la Alcaldía Distrital, en cabeza de Samuel Moreno, a prestar ayuda eficaz e inmediata a esta población desplazada, pues unas vallas no van a mitigar en nada la problemática que afrontan estas comunidades… Es una medida inquisitoria más que demuestra que esta administración nunca ha estado ni estará dispuesta a coadyuvar los problemas de esta población. Asimismo, llamamos a la prensa alternativa a movilizarse eficazmente en pro de los derechos y garantías civiles de los desplazados que se encuentran allí.


¡Uuurgh! ¡El cerco sanitario es la mejor medida que hemos podido tomar! ¡Uuurgh! Nadie se dará cuenta de mi incapacidad sobre esta gente…. ¡Uuurgh! Bendito sea Dios, están saltando las vallas, ¿pero cómo? Si están esterilizadas, y además tienen prohibido hacerlo ¿Y ahora a dónde se dirigen? ¿A saquear ese Colsubsidio, pero por qué, no tienen comida o qué? ¡Uuurgh! ¡Vándalos!

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